Nos dice la Palabra en Mateo 4:18-22 que Jesús llamó a los dos primeros discípulos, que eran hermanos, uno era Simón quien fue llamado Pedro. Él dejó todo para seguir a Jesús. Pedro era una persona sincera, ferviente y entusiasta. Pero también era impulsivo, obstinado y, muchas veces, atrevido. Fue Pedro quien caminó sobre el agua y quien reconoció que Jesús era el mesías. Cuando Jesús predijo su muerte, fue Pedro quien comenzó a reprenderlo (Mateo 16: 22-23) Pedro fue quien quería levantar tres enramadas (tiendas, cabañas o tabernáculo) para honrar a Moisés, Elías y Jesús. (Lucas 9:28-33) También fue el que le cortó la oreja al soldado con su espada (Juan 18:1-11) y además negó tres veces a Jesús. (Mateo 26:69-75) Pero algo muy lindo ya había sucedido, fue Jesús quien había escogido a Pedro con sus defectos y virtudes para moldearlo en lo que Jesús quería que fuera. Jesús no estaba sorprendido con Pedro, él ya sabía todo lo que pasaría. Lo escogió para moldearlo.
Después de todo este proceso, Pedro fue considerado como uno de los pilares de la iglesia primitiva y portavoz en el día de Pentecostés. Pedro fue el orador principal a la multitud donde se convirtieron 3,000 nuevos creyentes. (Hechos 2:14-41) Dios lo usó para que muchas personas recibieran sanidad, y Pedro nunca se apartó aunque fue arrestado y azotado. Fue enviado a casa del centurión Romano Cornelio donde él y su familia recibieron el Espíritu Santo. Pedro abrió las puertas de la Iglesia a Judios, samaritanos y gentiles. Muchísimas cosas podemos decir de Pedro pero definitivamente Jesús le dio pon para Glorificarse en él.
Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.- Filipenses 1:6
De la misma manera que Pedro lo dejó todo y aceptó tomar pon con Jesús, nosotros como cristianos cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador nos montamos con Jesús en el caminar de nuestra vida. Pero en este viaje tenemos que tener cuidado con nuestras emociones, que no nos desvíen de hacer la voluntad de Dios. Pedro cometió muchos errores porque se dejó llevar por sus emociones. Y de la misma manera nos puede pasar a nosotros si no tenemos cuidado, ya que nosotros tenemos muchas emociones positivas y negativas. Muchas veces tenemos que esperar el momento correcto y no tomar decisiones a la ligera, sino dejar que sea Dios quien guíe. Así como Jesús corrigió a Pedro y él se dejaba corregir, nosotros tenemos al Espíritu Santo que nos corrige y nos guía en este caminar.
Verdad de la Semana:
No dejes que tus emociones tomen el guía.
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