Había un hombre en la parada de autobús, según su vestimenta era un doctor, y junto a él también había otras personas esperando. De repente una señora se sintió mal y se desmayó. Al suceder esto, las otras personas corrieron a donde el doctor a pedir ayuda. Creo que es lo normal, ¿quién no haría lo mismo? Resulta que cuando piden su ayuda, el hombre responde: Lo siento, sólo es un disfraz. Me vestí así porque me gusta sentir que soy alguien importante. Al igual que este “doctor” hay personas que pueden disfrazarse de cristianos. Buena actitud, saludan con un Dios te bendiga, van los domingos a la iglesia e incluso pueden dar gracias por los alimentos. Pero a la hora de la verdad cuando se necesita un cristiano no pueden aportar nada, no hay frutos. (Lucas 6: 43-44)
No basta sólo con un buen comportamiento o una buena actitud, se necesita algo más y es una relación íntima y diaria con el Padre. No hay otra fórmula, es la manera correcta para ser un verdadero cristiano. Estamos en un mundo carente de amor, de ayuda, de esperanza, de paz y demasiadas cosas más; y si no eres un verdadero seguidor no podrás dar de lo que no tienes. En la Biblia hay muchos pasajes en el Nuevo Testamento donde Jesús explica cuál debe ser el comportamiento de un discípulo, el pasaje en Mateo 5:38-48 en particular parece un gran reto. Para muchos era algo radical lo que él describía , pero era lo que realmente se necesitaba para lograr un cambio en un mundo en necesidad, y aún sigue siendo lo que se necesita. Es indispensable tener una relación con Dios para poder desarrollar estas cualidades que vienen del Padre y que son para alcanzar a otros.
Ser seguidor implica pagar un precio (Mateo 16:24). Dejar el orgullo, dedicar tiempo y esfuerzo a la lectura de la Palabra, oración y ayuno. Entregar de tu tiempo, dejar tu yo para que Cristo puede ser reflejado. Y claro está, nada de eso puede compararse con el precio pagado por Jesús en la cruz. Él debe ser nuestro enfoque, Jesús quien lo dio todo para salvar a todos. Entonces,¿cuál eres tú? ¿El que se disfraza, o el verdadero seguidor? Aún estás a tiempo de corregir, de tener una relación real con Dios y dejar que él te enseñe y te dirija. Caminar en obediencia es un reto, pero también una gran bendición. Y si ya eres un discípulo, te invito a que enseñes a otros; no sólo con palabras, sino también con tus acciones. Seamos esos seguidores que influencian el camino de los demás y los ayudan a acercarse a Cristo.
Verdad de la Semana:
Dios está buscando verdaderos seguidores.
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