Guerra Antes de la Promesa
- CDA Lares

- 7 oct
- 2 Min. de lectura

“El Señor peleará por ustedes; solo necesitan estar tranquilos.” — Éxodo 14:14
Cuando los israelitas salieron de Egipto, finalmente creyeron que su sufrimiento había terminado. Pero antes de alcanzar la libertad, se enfrentaron a un último problema: el Mar Rojo frente a ellos y el ejército del Faraón detrás. Parecía que Dios los había guiado directamente a una trampa. A veces, las batallas más difíciles vienen justo antes de un gran avance. En el momento en que comienzas a avanzar hacia la promesa que Dios te dio, la resistencia y la oposición aparecen. Viejos temores resurgen, las puertas parecen cerrarse y comienzas a preguntarte si cometiste un error. Pero la verdad es que la guerra espiritual a menudo se intensifica cuando estás cerca de la victoria. El enemigo lucha con más fuerza cuando sabe que está a punto de perder terreno.
Cuando Moisés le dijo al pueblo: “El Señor peleará por ustedes”, les estaba recordando que su deber no era entrar en pánico, sino mantenerse firmes. Dios no necesitaba su fuerza; necesitaba su confianza. Tan pronto como se detuvieron y obedecieron su voz, Él dividió el mar y abrió un camino donde no lo había. Quizás estés pasando por un momento de mar Rojo ahora mismo. Has dejado atrás la vieja vida, pero aún no has entrado en la nueva. Todo se siente incierto y el enemigo susurra que Dios te ha abandonado. No lo creas. Si la batalla se ha vuelto feroz, es porque estás al borde de algo grande.
Mantente firme. Sigue orando y sigue creyendo. El mismo Dios que dividió las aguas para Israel está luchando por ti ahora. La promesa sigue en pie; y ya casi lo logras. Sólo clama al Señor y pidele que te ayude. Cuando sientas el miedo apoderarse de ti y todo parezca imposible, pídele que te recuerde que Él aún tiene el control. Pídele al Espiritu Santo que te ayude a mantener la calma y a confiar en que Él está luchando por tí. Elije permanecer firme y creer que la promesa sigue en camino. Sólo confía y mantente alerta, pues cuando Dios abra camino, será el momento de marchar.
Verdad de la Semana:
No cedas terreno.
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