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  • Foto del escritorCDA Lares

IGLECASA 30-NOVIEMBRE-2021

Gloria Perpetua

“He aquí que yo establezco mi pacto con ustedes, con sus descendientes después de ustedes y con todo ser viviente que está con ustedes" [...] “Esta será la señal del pacto que establezco entre yo y ustedes, y todo ser viviente que está con ustedes, por generaciones, para siempre"- Génesis 9:9-10,12

El Señor es un Dios de generaciones. A través de toda la Biblia, vemos como Dios hace promesas, pactos, y llamados a generaciones completas. En varias ocasiones, Dios se refiere a sí mismo como el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob. (Éxodo 3:6, Mateo 22:32, Hechos 3:13). De hecho, si nos fijamos cuidadosamente, veremos que cada vez que Dios escogía a un "varón justo", estos pertenecían al mismo linaje.(Lucas 3:23-38) Enoc era descendiente de Set, el hijo de Adán y Eva. Noé, era bisnieto de Enoc. Y Abraham era la undécima generación luego de Noé. De manera que cuando Dios decide bendecir a una persona y a su descendencia, Él permanece fiel a Su promesa por generaciones, para siempre. Pero, ¿por qué esto es tan importante?


Solemos repetir que Dios busca una relación personal con cada uno de nosotros. Y aunque esto es cierto, no es menos cierto que cuando tenemos un encuentro con Jesús Él buscará alcanzar a toda nuestra familia a través de nosotros. La adopción a la familia de Dios, implica la adopción de todas las futuras generaciones de la familia. (Deuteronomio 7:9) De manera que la salvación de una persona abre las puertas a la bendición y las promesas de Dios para todas las generaciones hasta el fin. Pues Dios es un Dios de pactos. Esto significa que Él está dispuesto a cumplir Sus promesas con nosotros, pero también tenemos un compromiso. En la misma manera en que las bendiciones de Dios son generacionales, Sus llamados también.


Al igual que el llamado a la salvación, y el llamado al servicio están disponibles para todos, el llamado a la santidad también es un llamado para toda la familia. El llamado a ser más cómo Él es para todas las generaciones. Nuestro Dios siempre piensa en grande, de forma que Él no busca a un grupo de personas individuales para que sea como Él. Sino que busca que cada nuevo miembro de su familia sea modelado a Su imagen, incluyendo a las nuevas generaciones. De esta forma podemos ver, no sólo a nosotros mismos, sino familias enteras, comunidades, y hasta naciones moldeadas a su imagen.


Entrar en pacto con Dios es un asunto serio. Su fidelidad para con nosotros no fallará jamás. Nuestro compromiso tampoco debería menguar. Los padres de familia, deben ocuparse de su santificación para modelarlo a sus hijos. De manera que los hijos entiendan este proceso de ser más como Jesús desde que nacen. Los abuelos son patriarcas de su familia. Su experiencia en su caminar con Dios es valiosa para toda la familia. El compromiso de ser más como nuestro Padre, es tanto personal como generacional. De forma tal que la familia entera glorificará a Dios de forma perpetua como linaje escogido. (1 Pedro 2:9)

 

Consejos para la familia:

Comiencen una nueva tradición familiar. La Biblia nos instruye a educar a los hijos en la ley de Dios. (Deuteronomio 6:2, 6-7) Desarrollen el hábito de reunirse en familia y hablar acerca de qué es la santidad y su importancia. No olviden hablar de la gracia de Dios al adoptarnos como hijos, y de su fidelidad al cuidar de la familia. Todos pueden participar contando historias acerca de cómo Dios siempre ha sido fiel. También pueden compartir testimonios acerca de cómo Dios ha trabajado para moldear el carácter de Cristo en cada uno de ustedes. Por último, oren para que Dios los siga ayudando en el proceso de la santificación y puedan glorificarlo con sus vidas.

 

Verdad de la Semana:

"El llamado a la santidad es generacional."

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