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La mayoría de las personas en este mundo tienen una opinión, teoría, o convicción acerca de cuándo regresará Jesús. Pero las instrucciones finales de Pablo a la iglesia no se referían a cuándo, o cómo, sucedería esto. Porque sabemos que el regreso del Señor vendrá inesperadamente “como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5:1-2). En cambio, Pablo se enfoca en lo que deberíamos estar haciendo con el tiempo que nos queda. Pablo comienza recordándonos que vivamos en paz unos con otros (1 Tesalonicenses 5:13). Si Jesús regresara mañana, ¿encontraría nuestras relaciones en paz, o llenas de conflictos?
Nos desafía el ver que hay personas desesperadas por buscar la presencia del Señor, por su poder sanador y el amor de Dios. Si somos perezosos o tímidos al compartir nuestra fe y usar los dones que Dios nos ha dado. O, peor aún, si estamos demasiado ocupados discutiendo y afanados por las situaciones diarias de la vida, es posible que nunca lo conozcan por estar tan distraídos. Pero si usamos nuestro tiempo, nuestro conocimiento, nuestro amor, compasión y energía para “advertir a los que están ociosos y perturbados, animar a los desalentados, ayudar a los débiles, y ser pacientes con todos”, estaremos cumpliendo con nuestro llamado de invitar a tantas personas como sea posible a tener una relación con Jesús antes de que Él regrese (1 Tesalonicenses 5:14).
Por último, Pablo nos pide que consideremos si hay algo en nuestras vidas de lo que lamentaríamos no arrepentirnos (1 Tesalonicenses 5:15). Si hay relaciones que corregir, o pecado del que sabemos que debemos alejarnos, ¡el momento de hacerlo es ahora! Si tenemos una relación con Jesús, no debemos tener miedo de Su regreso. Pero debemos estar preparados. No se trata tanto de cómo o cuándo regresará Jesús, sino de cómo podemos usar mejor el tiempo que nos queda para vivir para Él y traer a tantas personas como sea posible. Y no hay tiempo que perder. ¿Qué estás haciendo con el tiempo que queda?
Verdad de la Semana:
“Utiliza tu tiempo para Él”