
"por tanto no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque está leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria."- 2 Corintios 4:16-17
A un peleador profesional le toma tiempo llegar a la madurez suficiente para poder enfrentar contrincantes fuertes y así competir por galardones valiosos. Pero en Cristo luchamos por el premio desde el inicio, aunque no lo sepamos. Todos en algún momento hemos sido golpeados por diferentes situaciones y circunstancias. También lo podemos ver en muchos ejemplos biblicos. Los apóstoles también recibieron muchos golpes por seguir a Jesús, porque se trataba de su fe en aquél que dio su vida por nosotros, Cristo Jesús. Pero al final alcanzaron el premio.
Los que tenemos nuestra fe en El Señor Jesucristo debemos de confiar en ver las cosas que nuestro Señor está haciendo y hará, sin importar las situaciones o circunstancias que atravesamos. Día a día, la batalla nos renueva. Cuanto más nos acercamos a Dios y a sus promesas El es fiel y veremos su "gloria " manifestada en nuestras vidas. Tal vez seremos perseguidos, pero jamás nos sentiremos abandonados. Seremos golpeados por circunstancias en la vida que parecen imposibles de enfrentar. Pero cuando nos aferramos al amor de Dios y su perdón, jamás seremos derribados.
Nuestro premio se encuentra en el proceso. Llegará el tiempo en que tu relación con Dios sea tan intensa que llegue a un punto donde casi ningún ataque del enemigo tendrá el poder de afligirte. Porque tú interior estará fortalecido por la Palabra de Dios a través del tiempo que has pasado con Él en medio de la prueba. Y Su presencia en nuestras vidas nos da la protección y la seguridad de que ningún golpe en la vida nos derrumbará. Las aflicciones llegarán, pero no te dominarán. El Señor es bueno y poderoso. Está con nosotros peleando nuestras batallas y Él nunca pierde ninguna.
Verdad de la Semana:
En mi proceso, Él se perfecciona.
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