Jesús les contestó: Ustedes andan equivocados porque desconocen las escrituras y el poder de Dios.- Mateo 22:29
Hoy día nuestra necesidad por conocer la Verdad es más importante que nunca. Nuestro mundo está siendo bombardeado con ideas que cuestionan y se oponen directamente a las verdades y conceptos permanentes de la Palabra de Dios. Lo que la Biblia llama pecado, las tendencias modernas han comenzado a llamarles “causas”. Se crean organizaciones para defender el "derecho" a cometer estas acciones que la Biblia claramente llama pecados. Y se está influenciando a nuestra niñez, juventud, y aún adultos, para aceptarlas, apoyarlas y defenderlas. Los valores son "prejuicios". Las leyes de Dios, "obsoletas". Su existencia, es un "mito". Y su venida, sólo "un cuento". ¿Cómo vamos a identificar el bien del mal? Si conocemos la Verdad, podemos identificar fácilmente lo que no lo es. Como cristianos, creemos que La Biblia, la Palabra de Dios, es nuestra verdad, y por lo tanto es el instrumento infalible que utilizamos para medir la credibilidad de cualquier idea, teoría, o tendencia a la cual seamos expuestos.
Como padres cristianos, nuestra mayor responsabilidad es enseñarles a nuestros hijos la verdad. El mundo le enseñará muchas cosas como verdades absolutas o, incluso, verdades "relativas". Entonces, ¿cómo ellos sabrán cuál verdad creer? El mundo les quiere hacer creer que la verdad está "en el ojo del que mira". Pero la Biblia es nuestro estándar para medir todos los argumentos. Por lo tanto, tenemos que enseñarles la Palabra Dios a nuestros hijos. La Palabra de Dios es el manual perfecto donde Dios nos muestra su propósito con nosotros y cómo vivir una vida plena y feliz. Estas verdades distan mucho de los sistemas del mundo. De hecho, casi siempre son opuestas. Pero cuando conocemos las Escrituras no andamos equivocados, conocemos cual es nuestra identidad y nuestro propósito, y podemos experimentar el Poder de Dios. Conozcamos la Verdad de Dios, pues sólo esta nos liberará de los engaños del mundo. (Juan 8:32)
Verdad de la semana:
Sólo hay una Verdad.
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