¿Cuántas veces nuestra fe está al tope? Sentimos que caminamos por las aguas y nos mantenemos enfocado en Cristo. Pero cuando comenzamos a escuchar al desánimo, la desmotivación, o la duda a nuestro alrededor, nos vamos hundiendo. Habrá quien te diga que no lo hagas, que no puedes. Pero tú puedes, sólo pon siempre la mirada en Dios. No mires ni a izquierda ni a derecha, por más tormentas que haya sólo fija bien la mirada en Él. Los de la barca dudaban, tuvieron que ver para aceptar que en verdad Jesús era el Hijo de Dios. Tuvieron poca fe. Nosotros no debemos ser así.
Haz como Pedro, que recurrió al Salvador cuando sintió miedo y peligro. Con frecuencia nos olvidamos de que Dios puede hacer lo imposible posible. Cuando escuchamos la voz de Dios que nos llama y dejamos todo atrás, todo cambia. Ya no estamos solos, pero no podemos quitar la mirada de Dios. Tenemos que pedirle perdón si dudamos y pedirle que no nos deje ir de su lado. Porque aunque los problemas y las pruebas estén ahí, el Dios omnipresente también está con nosotros y un propósito tiene con cada cosa que pasa. Pues Dios es el rey del universo, quién da y quién quita.
¿Sabes por qué pasan las cosas? Para demostrar la autenticidad de tú fe, fortalecerte y fortalecer a los que están a tu alrededor. Y que sigamos creyendo en el Dios omnipotente que hace milagros en nuestras vidas. Solo mantén tus ojos en el Dios sobrenatural que todo lo puede, el que cura el corazón de los quebrantados. No eres huérfano. Él es tu padre, tú eres su hijo; es tu refugio y no te soltará.
Dios nos salva y nos hace más fuerte. Toma la decisión de caminar con Cristo sobre las aguas, no lo dejes para mañana. No permitas que la presencia de una tormenta te haga dudar de la presencia de Dios en tu vida. Todo es posible si le crees. Toda la Gloria es de Él.
Verdad de la Semana:
Mantén la mirada fija en Dios.
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