Si alguna vez viste la película Princess Bride seguro recuerdas al gigante Fezzik. Este gigante carismático fue el resultado de la actuación de André Roussimoff, mejor conocido como André el gigante, quien era famoso por su carrera de luchador profesional. Aunque hoy en día es difícil imaginar a algún otro actor en ese papel ya que, siendo un gigante real, él era perfecto. Cuando leemos algunas entrevistas del equipo nos enteramos de que él casi no acepta el papel. Aunque en un principio la grabación de la película confligía con un compromiso de su carrera como luchador, luego éste fue cancelado. Aún así André no estaba seguro de aceptar el papel, pues pensaba que él no sería lo suficientemente bueno.
Si bien es cierto que él encajaba perfectamente con la descripción del papel, André estaba preocupado porque pensaba que su acento francés y el poco inglés que sabía no le permitirían decir sus líneas correctamente. De todas formas, audicionó y obtuvo el papel. Luego, el director se aseguró de grabar todas las líneas en un casete para que André las escuchara y entendiera cómo debía pronunciar sus diálogos. Todo esto llevó a la película que conocemos hoy en día. Y él mismo dijo a sus compañeros que le había gustado estar en el rodaje de la película, pues nadie lo miraba como si fuera raro. El gigante que nunca encajaba en ningún lado, ahora tenía un papel a la medida. Pero lo interesante de todo esto es que, en varias entrevistas a William Goldman el escritor de la novela original, este dijo que cuando escribió el personaje de Fezzik él estaba escribiendo el papel con André en mente. El escritor nunca imaginó a nadie más en el personaje de Fezzik, excepto a Andrés. Escribió el personaje sólo para él. Y aún así, André casi no acepta el papel.
En la vida real nosotros somos así. Aunque no somos actores, estamos familiarizados con la idea de asistir a una entrevista para conseguir un trabajo o una posición. Siempre estamos muy nerviosos cuando esto pasa, pues sabemos que tenemos mucha competencia. Esperamos que nuestras cualidades sean suficientes para poder conseguir el puesto que debemos desempeñar. Pero sabemos que hay una posibilidad de que haya alguien que sea mejor que nosotros y no logremos la posición. Con frecuencia llevamos esta misma mentalidad cuando entramos al Reino. Pensamos que solamente hay unos pocos puestos disponibles, y que tendremos que competir por ellos con todos los demás hermanos de la Iglesia. Esperamos que nuestras capacidades sean suficientes para obtener aquella parte que deseamos. Otras veces, rechazamos posiciones porque pensamos que no estamos calificados. Sin embargo, en el Reino, como ya hemos discutido, las reglas son diferentes a las de cualquier empresa terrenal.
En el reino no hay unos pocos puestos disponibles. Y no tenemos que competir con los demás por conseguirlos. Tampoco debemos preocuparnos de si nuestras cualidades son suficientes para la posición o nos quedamos cortos. Nuestro Señor es como este escritor, Él ya ha diseñado un rol específico para cada uno de nosotros teniéndonos en mente en todo momento. La parte que nos toca desempeñar ha sido escrita y diseñada específicamente para cada uno de nosotros. Y, por lo tanto, no debemos competir con nadie por ella, porque nadie más puede realizarla. Aun así, muchas veces actuamos como André.
Pensamos que no somos lo suficientemente buenos y que no podremos realizar ese papel. Por lo tanto, lo ignoramos. No nos damos cuenta de que el papel fue escrito para nosotros y de que, si nosotros no cumplimos con esta parte, nadie más podrá hacerlo; no en la manera que lo podríamos hacer nosotros. Es posible que, al igual que André, tengamos algunas limitaciones. Pero esto es solo para que no perdamos de vista que no depende de nosotros, sino que dependemos totalmente de Dios. Y al igual que el director de la película, Él se encargará de proveer lo que sea que necesitamos para que logremos completar nuestra parte exitosamente. En el caso de André fueron unas cintas con unas grabaciones. En nuestro caso puede ser cualquier cosa, desde un poco más de fe hasta una revelación sobrenatural. Lo que sea que necesitemos para completar nuestra parte y no lo tengamos Él lo proveerá. Sólo tenemos que estar dispuestos y acudir al llamado. El director de esta gran obra nos dará todo lo que necesitemos para llevar a cabo nuestra parte y cumplir con el rol que Él preparó para nosotros. Hay lugar para todos en esta empresa, una posición a la medida de nuestros dones, donde podremos crecer y ser fructíferos.
"Nosotros somos hechura suya; hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas."- Efesios 2:10
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