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¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía!- Salmos 133:1 (RVR-95)
Reunirse a la mesa es una tradición especial, y más para nosotros los cristianos, pues está inspirada en la Biblia. El reunirse a comer aparece en toda la Biblia. Significa unidad, compañerismo y conexión. En el Nuevo Testamento, Jesús a menudo participaba en comidas con sus discípulos, como también lo hacia la iglesia primitiva. Jesús constantemente comparaba el Reino con la imagen de un banquete. No en vano esta tradición ha llegado hasta nuestros dias. Y sigue siendo tan importante hoy como lo era entonces. Piensa en las cenas familiares que has tenido. Estas reuniones nos dan la oportunidad de conectarnos con nuestra familia.
Según la psicología, las cenas familiares brindan la oportunidad de fortalecer el vínculo emocional. El compartir una comida como familia aumenta el sentido de pertenencia y fortalece los lazos familiares. Cuando comemos juntos, creamos un espacio seguro para hablar y compartir. En la mesa pasan muchas cosas. Lo vemos a través de toda la Biblia. En el Antiguo Testamento, muchos recibieron ángeles en sus mesas. En la mesa, la reina Ester abogó por su pueblo. Mefi-Boset fue recibido en la mesa del rey David. En una mesa, Daniel defendió sus convicciones y decidió no comer la comida del rey. En la mesa, Marta y Maria recibieron a Jesús y a Lázaro resucitado. Y en la mesa, Jesús anunció la traición de Judas e instituyó la Santa Cena.
En la mesa se reciben promesas, se luchan batallas, se ven milagros, y se derraman lágrimas. No todas las conversaciones son agradables, pero juntos podemos resolverlo. Esto contribuye a desarrollar un ambiente de apoyo. Estamos juntos en las buenas y las malas. Modelamos el cuerpo de Cristo. Al final, la mesa no es sólo un lugar para comer; es un símbolo de unidad en nuestras familias. Entonces, apreciemos más esta tradición. Pasar más tiempo en la mesa, tener encuentros, disfrutar de los momentos y fortalecer aún más nuestros lazos familiares.
Verdad de la Semana:
En la mesa somos un cuerpo.