
¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!- Salmos 51:10 (RVR-95)
En algún momento de nuestras vidas hemos escuchado la palabra santidad, especialmente si asistimos a la iglesia. Siempre nos hablan de que debemos vivir en santidad para poder agradar a Dios. (Hebreos 12:14-15) Pero,¿realmente como cristianos estaremos viviendo en santidad?
Muchas personas pueden pensar que la santidad es sólo fisica. Que está en la forma de vestirse, otros pueden pensar que es la forma de expresarse, la actitud y compresión hacia los demás. La santidad puede interpretarse de muchas formas, pero en realidad debemos tener claro que la verdadera santidad es la relación que tenemos con nuestro Dios. Es no ser hipocrita ante él. Es amar y obedecer al Señor en todo tiempo y con todo el corazón. Y el Espíritu Santo se encargará de respaldarnos, y serán nuestras actitudes verdaderas las que darán testimonio de la santidad que habita en nosotros. Lo importante es nuestra relación con Dios, porque es la clave para que vivamos una vida conforme al corazón y los mandatos de Dios. Si no tenemos una relación con Dios real y un corazón rendido ante él, de nada vale tener una "apariencia" física de santidad. Cuando nuestro corazón no está alineado al corazón de Dios.
...Dios no se fija en las cualidades que la gente ve. La gente sólo presta atención al aspecto de las personas, pero el SEÑOR ve su corazón...- 1 Samuel 16:7 (PDT)
Verdad de la Semana:
La santidad no es un atuendo.
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