Nos Toca a Todos
- CDA Lares
- 1 abr
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Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.- Marcos 16:15
En nuestra vida nos concentramos en muchas ocasiones en ser aceptados por las personas. Nos esmeramos para encajar en grupos y sociedades. Cuando estamos en el trabajo, escuela, o universidad nos proponemos obedecer y dar la milla extra por nuestros supervisores, seguir instrucciones y quedar bien con ellos. Pero cuando nuestro Padre nos enseña claramente en su Palabra que evangelizar es parte de la gran comisión, ponemos oídos sordos y nos hacemos de la vista larga. El evangelismo nos toca a todos. Es un privilegio ser llamado hijo de Dios y llevar la Palabra de nuestro Padre a todo lugar.
El hacer que personas lleguen a Sus pies me toca a mí, y todo el que se llame hijo de Dios debe hacerlo por amor, agradecimiento y entrega. Pablo dedicó parte de su vida a perseguir y eliminar cristianos. Pero al tener un encuentro con el Padre, esto cambió su vida por completo y entonces se dedicó a llevar el evangelio incansablemente. Quería contar lo que Dios había hecho en su vida. De la misma forma el evangelizar o, simplemente, hablar de Cristo debe ser algo que anheles y ames con todo tu corazón. No te debe pesar, ya que El ha hecho innumerables cosas por ti y los tuyos.
En nuestro diario vivir, nos olvidamos que deberíamos hablar de las cosas maravillosas que ha hecho por nosotros el Creador. Hablarle a las personas de que El murió en una cruz por mí. Que fue azotado, humillado y maltratado por llevar mis pecados a un madero. Todo ese sacrificio no lo merezco, pero definitivamente su amor por mi rompe barreras. De la misma manera, mi amor por El debería romper las barreras de la duda o el qué dirán. Deberíamos hablar de nuestro Salvador sin temor. Cada vez que sientas tus brazos caer en esta encomienda, recuerda ese madero. Esa cruz tan pesada que El cargó por ti. Un amor tan entregado e inmerecido, que solamente El es capaz de dar y sentir por nosotros, no debería ser un amor no correspondido. Nos toca a todos responder a ese amor y compartirlo con el mundo.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.- 1 Juan 4:10
Verdad de la Semana:
Evangelizar debería ser mi anhelo.
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