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Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos.- Salmo 32:8 (RVA-2015)
Las metas son el mapa que nos guia hacia el propósito dado por Dios. Sin establecerlas, estamos dando vueltas en círculos, sin llegar a donde necesitamos ir. Mucha gente piensa erróneamente: “El establecer metas no es espiritual porque muestra una falta de confianza. No está bien planificar. En cambio, la gente debería esperar a que Dios los guíe." Por supuesto, Dios no quiere que sigamos adelante con orgullo sin consultarle para que nos oriente. Pero tampoco quiere que nos sentemos sin actuar, porque nos ha dado dones y talentos para usar y también ha dicho que estamos llamados a hacer buenas obras. (Efesios 2:8-10, Romanos 12:4-8, Mateo 25:14-30).
Seguir adelante sin buscar a Dios, o sentarse y no hacer nada, puede deberse al miedo o la falta de fe. Sin embargo, establecer metas y consultar con Él muestra que confíamos en Él y creemos que Él puede guiarnos mientras avanzamos. A medida que avanzamos en Su propósito y Dios nos revela más información, hay que mantener un diálogo abierto con Él. Prestemos atención a las señales de tránsito que Él proporciona a lo largo del camino, y escúchemoslo hablar a través de Su Palabra y el Espíritu Santo. Podemos estar seguros de que Él nos mostrará cuando estemos dentro, o fuera, de Su voluntad.
Hay muchas formas de establecer metas. Algunas personas miran el panorama general, luego dividen las metas en partes más pequeñas, y a otras les gusta adoptar un enfoque más flexible. Sin embargo, hay que tener cuidado de no descuidarnos y desenfocarnos de lo que Él quiere para nosotros, por empeñarnos y enfocarnos en lo que nosotros queremos. Siempre, recuerda que el mundo no descansa sobre tus hombros. Cometerás errores al establecer metas, y eso está bien. Pero debido a que Dios quiere verte hacer Su voluntad, te enseñará el camino a seguir mientras caminas en fe. Sólo debemos confiar.
Verdad de la Semana:
"Dios guía nuestros pasos."