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Foto del escritorCDA Lares

IGLECASA UNIDOS 21-ABRIL-2020



El Bien y el Mal


Dinámica: Primero escoge una persona y cuéntale algo que no te guste de ti, luego cuéntale algo bueno y positivo de ti. ¿Qué se te hizo más fácil? ¿Lo malo o lo bueno?


En Génesis 3:6 se nos habla de cómo Eva, sabiendo que Dios dijo que no debían comer del fruto del árbol que estaba en medio del huerto, tomó de ese fruto, comió y le dio a Adán para que comiera y él también comió. Podemos ver cuán fácil fue para Eva dejar que la serpiente la “contagiara” de malos pensamientos para que comiera del fruto. Con la misma facilidad, Adán permitió que Eva lo contagiara a él.


En nuestro diario vivir contagiamos constantemente a todo el que nos rodea con nuestros pensamientos y actitudes, por medio de lo que hacemos y decimos. La mayoría de las veces se nos hace más fácil compartir un chisme que hablar de Cristo con alguien. Pero Dios nos dice en Salmos 34:14 “Apártate del mal y haz el bien...”


En el momento en que la sangre de Cristo nos salva del virus del pecado, desde ese momento portamos en nuestro ser el antídoto que puede salvar a la humanidad. Tenemos una inmunidad que no nos fue dada para usarla de manera egoísta. No debemos disfrutar de la inmunidad mientras personas mueren a nuestro alrededor. Dios nos hizo portadores de su antídoto para que alcancemos a más personas.


A diferencia de los virus, que se contagian sin que nadie lo impulse, las vacunas hay que administrarlas; los anticuerpos hay que transfundirlos. Tenemos que ir, incluso si eso nos cuesta. (Mateo 28:19) Es posible que también debamos pasar por un proceso de extracción para donar un poco de nuestra sangre a alguien que la necesita, pero nuestro Maestro la dio toda. Siempre notaremos que es más fácil contagiar un virus como el pecado, que administrar un antídoto o "contagiar" algo bueno. Pero si Dios nos llamó a vivir, vivamos y compartamos esa vida.


Escoge contagiar a las personas del bien, de Cristo, no dejes que te contagien de lo malo. Adán pudo haberse negado a probar el fruto que Eva le ofreció, pero no fue así. Así mismo nosotros decidimos si dejamos que nos contagien de lo malo, o rechazamos ese contagio y en su lugar contagiamos con Cristo.

Verdad de la Semana:

“Aléjate del mal y haz el bien”

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