“JEHOVAH MEPHALTI”
Lee 2 Reyes 19:17-19 y Salmo 46.
Una sensación de avivamiento estaba en el aire, pero los rumores llegaban a Jerusalén de que se acercaba un vasto imperio. La guerra parecía inevitable, la derrota ineludible, y todos sabían que los asirios eran despiadados con sus víctimas. El Reino del Norte colapsó rápidamente, y el Reino del Sur de Judá fue violado. Las ciudades avanzadas cayeron, los perímetros defensivos se derrumbaron y la nación fue ocupada. Solo quedaba Jerusalén, sus residentes atrapados. Con la victoria inminente, Senaquerib mandó un enviado a Ezequías con términos de rendición. Pero Ezequías no estaba dispuesto a capitular. En una de las escenas de oración más conmovedoras de la Biblia, llevó la carta de Senaquerib al templo, la extendió ante el Señor y suplicó a Dios por ayuda en 2 Reyes 19:17-19. Esa es la noche en que Dios le dio la vuelta a la historia. Esa noche, un guerrero angelical descendió de las murallas del cielo y destruyó el ejército asirio. En una noche, 185,000 tropas enemigas murieron misteriosamente.
Muchos estudiosos creen que el Salmo 46 fue escrito para conmemorar la liberación de Judá, y eso explicaría su tono intrépido. Si Dios pudiera salvar a Ezequías y su ciudad de la aniquilación, seguramente puede ayudarnos a usted y a mí en las angustias y distracciones de la vida.
Toma un momento y compartan unos testimonios personales entre ustedes acerca de cómo Dios te ha socorrido en medio de las tribulaciones. A veces necesitamos recordar los momentos de la fidelidad de Dios en tiempos de prueba para recordarnos que Él es nuestro Libertador.
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