"¿Qué es adoración?"
El término adorar viene del griego “proskuneo” que significa arrodillarse y/o postrarse ante alguien. Más que nuestra postura, Dios anhela que humillemos nuestro corazón. Por eso Jesús nos enseña que el lugar de adoración es lo de menos. Podemos adorarlo en cualquier momento y en cualquier lugar, lo importante es buscar Su presencia. Nuestra adoración al Padre debe mostrar nuestra confianza y dependencia hacia Él. No es “sólo música y canciones”. La oración, la lectura de la Biblia, el canto, o el silencio, la predicación, las ofrendas, y la Santa Cena, etc., son un acto de adoración.
No es un “estilo de música”. La adoración no tiene nada que ver con el estilo, el volumen, o el ritmo de una canción. Con cualquier estilo o ritmo podemos adorar a Dios porque no existe un estilo “bíblico” de adoración. El secreto es hacerlo “en espíritu y en verdad”. Tampoco es para nosotros mismos, sino para Dios. La adoración es una expresión de amor al Señor (Mt.22:37). Es tener hambre por la presencia de Dios. (Sal.84:1-2, 4, 16:11). Es un estilo de vida. Cuando adoramos nos acercamos más a Dios, y entre más nos acercamos más grande es nuestra percepción de Él.
El tamaño de Dios no cambia, tampoco cambia Su poder. En Él no hay mudanza ni sombra de variación. Sin embargo, la adoración sí cambia la percepción que tenemos de Él. La adoración nos permite entrar en una dimensión diferente a la que vemos, oímos o sentimos. La adoración nos introduce en el plano donde Dios se mueve. ¿Cómo adoramos a Dios? Con nuestras palabras, con una vida entregada a Él; una vida de obediencia y con el servicio a los demás. Todo lo que hagamos puede ser un acto de adoración mientras lo hagamos como para el Señor.
Oremos:
Amado Padre Celestial, te pido que me permitas conocerte más para poder adorarte como sólo Tú te lo mereces. Ayúdame a vivir por tu Espíritu, una vida de obediencia tomando buenas decisiones que te glorifiquen sólo a ti. Que mis palabras y mis acciones reflejen que Tú vives en mí. No importa las aflicciones que el mundo pueda darme, sino que yo confío en ti y quiero vivir de acuerdo con Tu voluntad, una vida entregada completamente a ti. Todo esto te pido, y te doy gracias en el nombre de Jesús,
Amén.
Durante este mes ora:
Para que conozcas más al Señor y fortalezcas tu relación con Él. (Salmos 73:28)
Para que el Señor te enseñe a vivir por Su Espíritu. (Gálatas 5: 16-17)
Para que Dios te enseñe a vivir una vida de obediencia que le agrade a Él. (Deuteronomio 26:16)
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