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IGLECASA 4-junio-2019

Foto del escritor: CDA LaresCDA Lares

Actualizado: 14 mar 2020


“Siervo Bueno…Siervo Malo”

No era algo raro que una familia rica de Roma viviera en Italia la mitad del año y la otra mitad en otro lugar. Mientras estaban lejos, a los sirvientes se les confiaría el cuidado de las inversiones del maestro, su negocio o su hogar. Así que la gente en el día de Jesús podría relacionarse con esta historia. Vamos a ver de qué nos habla este pasaje:


I. Lo que le fue confiado a los sirvientes era propiedad del amo.

Colosenses 1:16 dice, “porque, por medio de [Jesucristo], Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra…Todo fue creado por medio de él y para él”.


II. Los que tienen esta responsabilidad son propiedad del maestro.

"Usted no se posee. Dios pagó un precio muy alto para hacerte suyo" (1 Corintios 6:19b-20ª). La salvación es gratuita, pero no es barata. Un gran precio se pagó en el Calvario. Ahora pertenecemos a Dios, que es nuestro Maestro. Y Él tiene el derecho de decirnos qué hacer con nuestras vidas y con las cosas que nos confía.


III. A cada sirviente se le dio lo que recibió por una razón.

El igualador en la distribución del maestro a los sirvientes no se encontró en la cantidad asignada a cada uno, sino en el hecho de que cada uno tenía la misma responsabilidad: aprovechar al máximo lo que el maestro le había dado. Jesús nos ha dado dones para ser usados por su iglesia y por el bien de su reino. Él está haciendo una inversión en nosotros, y mientras cada uno de nosotros hace nuestra parte, podemos glorificar a Dios haciendo su voluntad y trabajando en este mundo.


Cada uno de nosotros tiene exactamente lo que necesitamos para hacer la voluntad de Dios para nuestras vidas. La pregunta no es: "¿Tengo suficiente ________ para hacer la voluntad de Dios?", sino "¿Estoy manejando lo que Dios me ha dado para cumplir su voluntad?" Todo está en la forma en que manejamos lo que Él nos ha dado.




 
 
 

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