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“Es Progresivo.”
“Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. 32 Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.” Efesios 4:31-32
Pablo está describiendo un grupo de emociones aquí que vienen acompañadas de amargura. La amargura casi siempre viaja en un paquete desagradable. Cuando la amargura se está arraigando en mi corazón, generalmente la ira también lo es. Lo mismo ocurre con la calumnia y la malicia.
Estas emociones son una progresión:
· Si no lidiamos con la amargura, esa amargura progresará hacia la ira extrema.
· Si no lidiamos con la ira, comenzaremos a clamar o exigir lo que queremos.
· Si eso no funciona, comenzaremos a hablar mal sobre el objeto de nuestra amargura con la esperanza de reclutar a otros para que estén de acuerdo y justifiquen nuestros sentimientos (eso es una calumnia).
· Si eso no se controla, eventualmente tendremos el deseo de causar daño a la persona con la que estamos amargados.
A lo largo del camino, las personas se lastiman, las relaciones se descarrilan, la alegría se roba y el crecimiento del fruto del Espíritu se atrofia.
Pidámosle a Dios detener cualquier raíz de amargura para que no nos afecte espiritualmente. Que podamos crecer, madurar, cumplir los propósitos que Dios tiene para cada uno de nosotros y vivir en paz los unos con los otros para la gloria de Su Nombre y para la edificación del cuerpo de Cristo.