
“Responde”
Al entrar él en una de las barcas, la cual pertenecía a Simón, pidió a este que la apartara de tierra un poco. Luego se sentó y enseñaba a las multitudes desde la barca.- Lucas 5:3 (RVA-2015)
Fue una pequeña cosa la que Jesús invitó a Simón a hacer: "Apártate un poco de la tierra". Quería enseñar a la gran multitud que se había reunido a su alrededor a escuchar la Palabra de Dios. Simón no se dio cuenta de a qué conduciría esa pequeña invitación en su vida. Debido a que escuchó a Jesús y honró su pequeña invitación, Simón pronto se encontró honrando otra invitación que era un poco más desafiante: "Remar mar adentro y echar las redes para pescar".
Simón era pescador y conocía el mar y las mejores épocas para pescar, pero porque Jesús le pidió que lo hiciera así lo hizo y se asombró de la extraordinaria pesca que no debería haber sido. La respuesta de Simón fue caer a los pies de Jesús y reconocer su naturaleza pecaminosa. No se sentía digno de estar en presencia de Jesús. La respuesta de Jesús fue una invitación más grande que cualquier otra hasta ahora: " No temas, que desde ahora serás pescador de hombres." (Lucas 5:10) Pedro junto con su hermano, Andrés, y sus socios, Santiago y Juan, dejaron todo por la invitación de Jesús para seguirlo.
Todo comienza con una pequeña invitación de Jesús que, cuando se responde positivamente, conduce a una más grande que finalmente lleva a una invitación que cambia la vida. Tres años después, Jesús les pediría a esos mismos seguidores, junto con muchos más, que respondieran positivamente a una invitación más: "Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado." (Mateo 28:19-20) Es asombroso lo que Dios puede hacer a través de nosotros cuando respondemos positivamente a sus invitaciones en nuestras vidas. ¿Qué te invita Dios a hacer que pueda marcar una diferencia en tu vida o en la de quienes te rodean? Puede parecer pequeño, pero la diferencia que Dios puede hacer a través de la invitación más pequeña puede cambiar tu vida.
Reto para la Familia:
Una invitación de Dios puede cambiar toda nuestra vida. Cada paso nos lleva más cerca de nuestro propósito. Pero si como cuerpo tomamos la decisión de seguir a Cristo, no sabemos a qué nuevas alturas nos lleve Dios. Un nuevo año está a punto de comenzar, lleno de nuevas oportunidades para aceptar las invitaciones de Dios.
Como familia, hagan un compromiso para aceptar las nuevas invitaciones que Dios haga a sus vidas. Oren los unos por los otros, para que Dios les de claridad y dirección siempre. Comprométanse a apoyarse y animarse mutuamente en los procesos que surjan. Muchas veces somos piedra de tropiezo a nuestra propia familia por no entender los procesos por los que están atravesando nuestros familiares. Hoy, comprometánse a marchar como un sólo cuerpo en los caminos del Padre. Como una familia que camina, tomada de las manos, hacia una tierra prometida.
Verdad de la Semana:
“Responde a la invitación del Señor.”
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