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“Mala Hierba Entre el Trigo”
Lee Mateo 13:24-26, 16:22-23 y Filipenses 3:13-14.
Vivimos en un mundo lleno de distracciones, en un mundo donde es fácil estar precisamente como el tema del mes: distraídos. Queremos compartir con nuestra familia, tenemos nuestros trabajos, vamos a la iglesia, los quehaceres del hogar y encima de todo eso, necesitamos un tiempo para conectarnos con Dios. El enemigo no tiene poder para arrebatar el propósito de Dios en tu vida, pero sí intentará distraerte de Él. Hace dos semanas discutimos una parte de la parábola del sembrador, pero algunos versículos más adelante, en el 24, Jesús enseña a través de otra parábola acerca de la mala hierba. La semilla es buena, el terreno también, pero mientras todos dormían, el enemigo sembró mala hierba entre el trigo. Mientras estamos dormidos, el enemigo está sembrando mala hierba entre las bendiciones de nuestras vidas. Está sembrando ansiedad, preocupación por cosas que aún no han pasado, mal humor, malos pensamientos y así de la nada, sin pasar mucho trabajo, terminamos distraídos del propósito mayor de Dios en nuestras vidas.
Ahora bien, debemos estar bien atentos porque no todas las distracciones vienen de un mal lugar o con malas intenciones. Pedro amaba a Jesús; fue escogido por Él para ser uno de sus discípulos, pero en Mateo 16:22 intentó distraerlo sin darse cuenta. Su intención era buena porque quería protegerlo pero iba a resultar en una distracción. Por eso, en ese momento, Jesús reprende a satanás porque no había manera de desenfocarlo de su misión en la tierra.
No sé qué el enemigo ha estado sembrando mientras duermes. No sé qué está utilizando para distraerte, pero sé que es tiempo de levantarte y proseguir a la meta. Olvida lo que queda atrás y enfócate en continuar hacia adelante, al supremo llamamiento de Dios. (Filipenses 3:13-14)
