“Administradores”
Lee Lucas 16:1-12.
Jesús reta a sus verdaderos discípulos a ser igual de afilados en asegurar su futuro eterno al ser mayordomos diligentes y sabios de las posesiones que Dios nos ha confiado. Nuestras vidas están llenas con el mismo tipo de ambigüedades morales y valores en conflicto. El conflicto de las prioridades en nuestras vidas es algo con que batallamos cada día. Nuestros valores cristianos chocan con los valores de este mundo. Y tenemos que tomar decisiones cada día entre los valores temporales y los beneficios y consecuencias eternos. Aunque queramos, no podemos tener lo mejor de cada mundo. No podemos ser siervos de Dios y a nuestros deseos egoístas al mismo tiempo.
El efecto de una promesa de gratificación instantánea tiene un impacto increíble en nuestras vidas. Por ejemplo, con la excepción de un puñado de personas que entienden el valor de acumular riquezas eternas, muchos preferirían pasar sus domingos en la playa, en la casa o en cualquier otro lugar, que en compañerismo y responsabilidad mutua con otros cristianos. Y no nos damos cuenta de que nuestros niños y jóvenes se están adoctrinando por el mismo conjunto de valores que exhiben sus padres.
Jesús no vino para condenarnos y deshabilitarnos para el servicio. Más bien, se convirtió en nuestro hermano para liberarnos de aquello que nos mantiene prisioneros de los valores y prioridades de este mundo. Jesús camina a nuestro lado y nos reta a poner en orden nuestras prioridades. Nos llama a ser fieles en las cosas pequeñas. Él nos desafía a vernos a nosotros mismos en la perspectiva de Dios: somos los administradores de todo lo que Dios, nuestro Creador y Maestro, ha confiado a nuestro cuidado. Por lo tanto, Él nos invita a arrepentirnos de nuestros caminos egoístas y a servir a Dios y a nuestros compañeros peregrinos en nuestro viaje por la vida.
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