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¿Le Conoces?
La adoración es mucho más que sólo cantar canciones. Es una condición del corazón y un estado mental. Incluso podemos adorar a Dios apasionadamente sin cantar una sola nota. Nuestra adoración por Dios nace en nuestros corazones, llena nuestros pensamientos, y se expresa a través de las palabras que hablamos y la forma en que vivimos.
La Palabra dice:
Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.- Juan 4:23
La primera manera de adorar a Dios es amándolo con todo nuestro ser. Pero para poder amarlo tenemos que conocer quién es Él y reconocerlo. Conocer quién es Dios en una forma íntima y personal hará que nuestro corazón rebose de agradecimiento y amor por Él. Cuando conocemos de cerca a Dios, podemos reconocer Su grandeza. Una vez tenemos esta maravillosa revelación lo podemos adorar con todo lo que somos, con todo lo que tenemos, y con todo lo que nos rodea porque entendemos que Él se lo merece. Todo es Él. Vivimos por Él y para Él. Entonces nos damos cuenta de que la adoración a Dios es el propósito de nuestra existencia. Fuimos creados para adorar a nuestro Creador.
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”- Marcos 12:30
Estudio:
En esta imagen puedes ver algunos de los nombres de Dios. Dios es conocido por su pueblo con muchos nombres a través de la Biblia. Si los estudiamos más de cerca nos daremos cuenta de que Dios se presentaba a Su pueblo como la provisión que ellos necesitaban. Si tenían hambre, Él era su proveedor. Si estaban enfermos, Él era su sanador.
Estudia estos nombres y reflexiona en lo que cada uno significa para ti. Piensa en las ocasiones en que Dios ha tomado cada una de estas formas en tu vida. Si lo deseas puedes anotar estas experiencias en un papel y colgarlo en donde lo veas constantemente. Esto te ayudará a recordar que siempre hay una nueva faceta de Dios por conocer, y además te recordará que debes adorarlo por Su provisión en el pasado.
Verdad de la Semana:
"No puedes adorar a quién no conoces."