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"Transfusión"
Lee Mateo 10:28
En este momento hay millones de personas que están a punto de morir por un contagio del cual no han podido recuperarse. Muchos necesitan con urgencia una transfusión de sangre para salvar su vida; no física, sino espiritual. El contagio del pecado se ha esparcido por el mundo y muchas almas están muriendo. Sólo puede darles vida el único que fue capaz de derrotar la enfermedad, Aquél que tiene en su sangre el antídoto que necesitan para recuperarse.
Cuando Dios envió a su único Hijo a morir por nosotros, lo hizo para que no muriéramos sino que tuviéramos vida eterna. (Juan 3:16) Dios mismo proveyó la cura que necesitabamos. Así que Jesús dió su sangre por nosotros, para darnos vida. Su sangre perfecta es el antídoto que necesitamos para sanar de nuestra enfermedad, la transfusión que necesitamos para tener nueva vida.
Es por su sangre que tenemos el perdón de pecados, su sangre nos limpia y nos da vida. (Efesios 1:7) Es esta sangre la que nos sana del virus del pecado y nos hace a la vez portadores de este antídoto. Si su sangre nos cubre, llevamos en nosotros la cura que puede salvar a la humanidad.
Aceptemos la transfusión que nos fue dada porque es lo único que nos cura y limpia del contagio. Oremos: Padre nuestro que estás en los cielos, reconocemos el sacrificio que hiciste por nosotros, tu sangre fue derramada para que nuestra sangre fuera limpia, gracias por tanto amor, Amén.
Verdad de esta Semana
“La sangre de Cristo sana”