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"Un Estado del Corazón"
Mis labios rebosan con tu alabanza, y proclaman tu gloria todo el día.- Salmo 71:8 (RVC)
¿Cómo describimos la adoración? Es una actitud, una intención interna en tu corazón. Esa adoración debe ser en agradecimiento al Señor. Lo podemos adorar de muchas maneras: en nuestro servicio, en la rendición a Él, en el silbido apacible. Simplemente adorarle en fe. Esta conexión sencilla y con humildad debe ser agradable al Señor. Le agradecemos por todo aquello que hemos tenido y por aquello que el Señor dio de Él hacia nosotros, para darnos salvación y vida eterna.
Romanos 11:36 nos dice:
Porque de él y por medio de él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. (RVA-2015)
Tenemos que estar agradecidos por ese amor, ese sacrificio que Él pagó por nosotros. Tus alabanzas, tus adoraciones, son sólo para Él en esa intimidad que sólo conoces tú y Él. Cuando lo amas con toda tu alma y todo tu corazón suceden cosas maravillosas.
El adorador tiene que tener una fe grande. Porque tiene que saber que adora a un Dios soberano que no vemos, pero que sabemos que está presente en todo momento.
Cuando adoramos al Señor con todo nuestro ser, con todo lo que tenemos, con humildad y con pasión, el Señor se regocija al ver ese hijo agradecido y gozoso. Adóralo a todas partes que vayas. Adóralo en el carro, adóralo en el silbido apacible o en medio de la tormenta. En todo tiempo porque nuestro Jesús es un Dios poderoso y merece ser adorado.
Estudio:
Durante esta semana estudia el Salmo 100 y reflexiona:
¿Quién debe adorar?
¿En qué momentos debemos tener una actitud de adoración?
¿Por qué debemos adorar?
¿Estás viviendo de esa manera?
Verdad de la Semana:
"La adoración es una actitud constante del corazón."