En esta porción vemos que Jesús compara con una casa construida sobre la roca, al que escucha la enseñanza y la pone en práctica. Este es sabio y permanece firme, aún cuando venga la lluvia y vientos fuertes. Por el contrario, el que no la escucha ni la pone en práctica se derrumba como una casa construida sobre la arena.
Del mismo modo, la familia debe estar construida sobre la roca que es Cristo. Para poder permanecer unidos y enfrentar a la sociedad, que cada día se aleja más del cimiento y la base que es la familia, necesitamos poner en práctica a diario lo que hemos aprendido a través de la Palabra. En cambio, sí solo nos dejamos llevar por lo que cada día implementan en el mundo, nos alejaremos de lo correcto y terminaremos derrumbándonos.
¿Que mantiene unida a tu familia? ¿Serán las veces que comparten juntos, las salidas, las finanzas estables, o unos padres que se esfuerzan a diario? Nada de esto está mal, pero la realidad es que ninguna es la base sólida de la unión. Nuestra base de unidad es Dios, y si lo tenemos a Él como el centro de todo, nuestro hogar estará bajo Su cuidado. El enemigo tiene claro que la familia fue creada y diseñada por Dios y no quiere que prevalezca. Hará todo lo posible por desarmar a cada miembro de ésta. ¿Qué estamos dispuesto a hacer para mantenernos unidos a Dios y a nuestra familia? La Palabra dice que separados de Él nada podemos hacer. (Juan 15:5). Entonces debemos decidir si nos quedamos de brazos cruzados, o enfrentamos al enemigo a través de seguir lo que Dios ya estableció en Su Palabra.
Algunos consejos prácticos para mantenernos unidos:
Oren siempre con la familia.
Hagan devocionales juntos.
Asistan a la iglesia.
Compartan peticiones y acciones de gracias.
Verdad de la Semana:
En Dios se mantiene sólida la unión familiar.
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