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Todos podríamos contar por largas horas, experiencias del amor de Dios. Tenemos historias de cuidado, milagros, provisiones, historias de nuestros familiares y testimonios de nuestros hermanos que dan fe del poder sobrenatural de Dios. En todo evento, podemos decir que su amor siempre ha estado presente. Sin embargo, repasemos cómo opera este amor para que podamos compartirlo. El amor de Dios es la expresión más sublime y sobrenatural de su poder. Es un amor eterno, incondicional y transformador que revela quién es Él y cómo obra en nuestras vidas. Reflexionar sobre este amor nos lleva a entender su naturaleza divina y a experimentar su poder en nuestra vida diaria.
• El amor como esencia de Dios (1 Juan 4:8, Jeremías 31:3, Romanos 5:8)
El amor no es solo una característica de Dios, es su misma esencia. Este amor sobrenatural no se basa en nuestras acciones, sino en su carácter eterno e inmutable.
• El amor como acto de poder sobrenatural (Génesis 1:27, Juan 3:16)
El amor de Dios se demuestra de manera tangible y poderosa a través de sus acciones. En la creación, Su amor nos dio vida, y en la entrega de su Hijo, ( la máxima demostración de su amor) rompió las barreras del pecado y abrió el camino hacia la salvación.
• El amor que supera lo humano (Efesios 4:32, Mateo 5:44).
El amor de Dios es completamente diferente del amor humano. Dios nos llama a amar y perdonar como Él lo hace. Incluso nos enseña a amar a quienes nos persiguen, algo imposible sin su poder.
• El amor de Dios reflejado en su presencia constante (Salmos 27:10, Romanos 5:5)
El poder del amor de Dios se evidencia en su cercanía: El nunca nos abandona, por el Espíritu Santo experimentamos su amor directamente en nuestros corazones.
• El amor como fuerza transformadora (Romanos 12:2, 1 Juan 4:19)
El amor de Dios no sólo consuela, sino que transforma. Renueva nuestras mentes, y nos lleva a vivir conforme a su voluntad. Nos capacita para amar. Y nos invita a compartir ese amor con el mundo.
La Palabra está llena de muestras de cómo se manifiesta su amor. Ahora nos corresponde a nosotros reflexionar y evaluar qué hacemos con tanto amor. Luego de conocer su amor piensa…
1. ¿Cómo has experimentado el amor de Dios en tu vida?
2. ¿De qué manera ese amor ha transformado tu forma de ver a los demás y a ti mismo?
3. ¿Cómo, y a quién, le has compartido este amor perfecto en este mes?
4. ¿Este amor te ha llevado a perdonar a alguien?
Verdad de la Semana:
El amor de Dios es sobrenatural y lo puedo compartir.
Hay alguien que merece saber de este amor. No dejes que se acabe el año, anímate y preséntalo.
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