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“Que Bueno Sería…”
Lee Juan 16:33 y 1 Pedro 1:7.
Qué bueno sería llegar de trabajar y tirarte en el sofá a ver televisión. Qué bueno sería no tener que limpiar el patio. ¡Ah! ¡Qué bueno sería levantarse tarde un domingo! La realidad es que vivimos una vida muy ajetreada como para darnos el lujo de esto. Y aunque sería bueno todo eso por un momento, luego nos daremos cuenta que no vale la pena. Al final del día, la comodidad, limita nuestro crecimiento, nos estanca y nos aleja de Dios. Sabemos que la televisión no va a preparar una buena comida, ni la cocina se va a limpiar sola; la máquina no va a, mágicamente, mantener el patio intacto y, nuestra fe no se va a fortalecer.
Jesús dijo claramente que tendremos aflicciones, vamos a pasar trabajo por lo que queremos y anhelamos. Pero, Él siempre estará con nosotros. Va delante dirigiendo nuestros pasos, detrás protegiéndonos de nuestro pasado y al lado siendo nuestra mejor compañía. Él prometió estar con sus escogidos hasta el día en que regrese. Pero, es en esa aflicción que la fe es probada como el oro (1 Pedro 1:7), se perfecciona en la tribulación. Es en la duda que la fe trabaja, es en la incomodidad que la fe brilla. Así como un atleta entrena, muchas veces le duele su cuerpo, se siente cansado, todo para lograr su objetivo y ganar. Así mismo hacemos para nuestra fe. Salimos de la comodidad para buscar Su presencia, leer Su palabra, sobrellevar los deseos de la carne. Entrenamos nuestra fe para vivir día a día y al final de todo, podemos cambiar “que bueno sería” por: “que bueno es…” estar con mi Padre, sentir seguridad, saber que mi milagro está. Sea cual sea tu situación, vas a decir “que bueno es tener fe”.