“Toma tu posición”
Josafat gobernaba en Jerusalén, en un momento de su reinado surge una amenaza de destrucción por parte de una nación muy poderosa militarmente. Josafat sabía que no tenía oportunidad contra esas naciones enemigas, su destrucción era inminente. Entonces tomó una decisión, volvió su corazón a su Dios, y proclamó ayuno él, todos sus súbditos, y todos los moradores de Israel, para pedir ayuda y dirección frente a la crisis.
Convocó a todos a reunirse en la casa de Jehová, y frente al atrio de la entrada oró Josafat, frente a todo el pueblo y los líderes de Israel, pidiendo a Dios que los liberara y les diera dirección en medio de semejante dificultad. En esa oración le recordó a Dios que ellos eran Su pueblo, la descendencia de Abraham, y herederos de las promesas. Dios respondió en el momento, por medio de un levita, les dijo que no era necesario pelear porque Dios pelearía por ellos, y les dio la posición del enemigo, la estrategia que ellos usarían, y a dónde tenían que dirigirse con los guerreros de Israel.
Para la batalla, Josafat organizó un grupo de personas que se iban a dedicar a adorar y adoraban en voz alta mientras el ejercito marchaba. El resultado fue que sus enemigos se destruyeron entre si, y ellos no tuvieron necesidad de pelear, y Dios les dio paz en aquel tiempo, y se quedaron con un tremendo botín de guerra, que juntaron durante tres días de entre los cadáveres de sus enemigos. Dios los libró y los prosperó porque buscaron refugio en Él.
Para la batalla hay que organizarnos y tomar una posición, una postura como lo hizo Josafat. La batalla del cristiano no se pelea de pie, se pelea de rodillas y adorando. En medio de la batalla, toma la postura correcta: de rodillas y en adoración y saldrás victorioso.
Verdad de la Semana:
“Arrodíllate, ora y adora.”
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