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La santidad es ser apartados del mundo y separados para el servicio a Dios. No es la perfección, como muchos piensan, sino la dedicación en servicio a Dios. El que vive en santidad no habla, ni actúa, como lo hacen los que no aman a Dios. Pues la santidad es cuando tenemos a Cristo en nuestro corazón y decidimos despojarnos de la vieja criatura. Renacer en Cristo, dejando todo lo viejo atrás. Ya no somos quienes eramos, sino otros.
Cuando aparezca Cristo, que es la vida de ustedes, también ustedes resplandecerán con El y participarán de su gloria.- Colosenses 3:4 NBV
En el libro de Colosenses, Pablo nos dice que al convertirnos en cristianos tenemos que mirar y buscar las cosas del cielo y no de la tierra. (Colosenses 3:2) Y que todo lo que hagamos sea de corazón para agradar a Dios, no a los hombres. (Colosenses 3:23-24) Nos enfocamos en El para agradarle. Este es el proceso de la santificación. Buscar ser cada dia un poco más como Cristo. Santidad es arrepentirnos y abandonar la practica intencional de todo pecado, porque el pecado ya no nos representa. Como una ropa que ya no nos sirve.
Aunque pecamos a diario, su misericordia es nueva cada mañana. (Lamentaciones 3:22-23) Pero al ver el amor tan grande de Dios por nosotros, nos hace cambiar lo que antes hacíamos para, en adelante, obedecerlo. A diario, necesitamos vestirnos de la nueva naturaleza, o sea, del hombre nuevo. El Espíritu Santo hace la obra todos los dias de limpiarnos y transformarnos para vestirnos de Su imagen, si tomamos la decisión siempre. Santidad entonces es, todos los dias, vestirnos de EL en lugar de vestirnos como el mundo. Pues ya no vivo para mi, sino que lo represento.
Verdad de la Semana:
Vístance de Santidad.