Pequeña Inversión=Retorno Infinito

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Y dijo: —En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que todos, — Lucas 21:3 (NTV)

Ante los ojos del mundo, las cosas pequeñas no parecen importar mucho. Unas monedas, una breve oración, un pequeño acto de bondad; parecen insignificantes comparados con grandes donaciones, o logros públicos. Pero en la economía de Dios, no se trata del tamaño de la ofrenda. Se trata del tamaño del corazón que la presenta. Una vez, Jesús observó a la gente dar ofrendas en el templo. Muchos ricos dieron grandes cantidades, pero una viuda pobre llegó y echó dos monedas pequeñas. Era todo lo que tenía. La mayoría de la gente la habría pasado por alto. Pero Jesús no. Dijo que ella dio más que nadie. ¿Por qué? Porque dio todo lo que tenía, mientras que los demás dieron de lo que les sobraba. En términos de porcentajes, ella dio el 100%. Los demás, quizás el 1%.

Este es el misterio de las matemáticas de Dios: que incluso la semilla más pequeña, cuando se siembra con fe, puede producir una cosecha inimaginable. Jesús dijo que una fe del tamaño de un grano de mostaza puede mover montañas (Mateo 17:20). El almuerzo de un niño, compuesto por cinco panes y dos peces, alimentó a más de cinco mil personas (Juan 6). Por eso Dios pregunta a través de la Biblia: "¿Qué tienes en tu mano?" Porque El no necesita mucho para multiplicarlo. De hecho no necesita nada. Entonces el esfuerzo más pequeño, cuando se entrega a Dios, puede tener valor eterno.

Quizás sientas que lo que tienes no es suficiente. Quizás pienses que tu tiempo, tus dones o tu dinero son demasiado pocos para marcar la diferencia. Pero Dios no te pide que impresiones; te pide que seas fiel. Cuando das con un corazón puro, el Cielo lo nota. Dios ve lo que el mundo no ve. Tus oraciones en silencio, los pocos minutos que dedicas a animar a alguien, y lo poco que das cuando es todo lo que tienes son valiosos para Él. Él sabe cómo tomar tu "poco" y hacer algo eterno con ello.

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Verdad de la Semana:

Enfócate en entregar tú corazón.