y estimulémonos mutuamente en la práctica del amor y de las buenas obras. Que nadie deje de asistir a las reuniones de su iglesia, como algunos tienen por costumbre; al contrario, anímense unos a otros, tanto más cuanto ustedes están viendo que se está acercando el día.- Hebreos 10:24-25 (BLPH)
Hace poco, en una reunión se realizó este pregunta: ¿qué significa para ti la iglesia (el lugar donde nos reunimos)? Quiero aclarar que iglesia somos todos aquellos que hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador y decidimos seguirlo. Esta pregunta iba dirigida al lugar en que nos reunimos, el templo. La mayoría respondió que es su segundo hogar. La mayoría tenemos un hogar el cual cuidamos porque nos importa, nuestra casa, en la que nos sentimos seguros y amados. Pues así nos sentímos con respecto a la iglesia.
La iglesia es el lugar donde puedo ir a adorar con otras personas y darle a Dios toda la alabanza que él se merece. Donde vamos a ofrecernos como ofrenda (Romanos 12:1). Igualmente es el lugar donde encuentro refugio, puedo compartir mis peticiones y experiencias con otros, y encontrar ayuda. Así que si la iglesia es nuestro segundo hogar, debemos pensar en valorar lo que tenemos. Tenemos que cuidarla, mantenerla, amarla y trabajar unidos con los demás. No se trata sólo de asistir a un servicio, recibir, y luego repetir la rutina. Esto va más allá. Es ver por el bien de los demás, ayudarnos, compartir con alegría el gozo de la salvación.
En Hechos 2:43-47 podemos ver lo hermoso de la iglesia, eran una gran familia y todos estaban unidos y se cuidaban. Dios quiere que, como sus hijos, seamos una familia y velemos los unos por los otros. (Juan 13:35) Quiero que hoy pienses en tu iglesia y hagas la siguiente dinámica: escribe en un papel qué significa para ti tu iglesia y por qué estás agradecido de pertenecer a ella. Discute esto con las personas con las que realices este devocional, te aseguro que al final te darás cuenta de lo bendecido que eres por pertenecer a un lugar que puedes llamar iglesia.
Verdad de la Semana:
Cuidemos de nuestro segundo hogar.
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