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¿A cuántos de nosotros nos gusta regalarle en estas navidades a nuestros familiares? Comprarles ese regalo tan esperado y mejor aún, ver sus rostros al abrir ese regalo tan deseado. Nuestra familia se merece lo mejor, y que mejor que un regalo escogido con amor, tiempo y esmero. Si, a nuestra familia, los que nos aman y siempre están con nosotros. No, nos importa gastar dinero y sacar ese tiempo que quizás no lo tienes para ir q comprar ese regalo. No está mal que le compres un buen regalo a tu esposo (a) a tus hijos o a tus padres, ya que tu familia es de bendición a tu vida. Pero, ¿cuánto dinero, tiempo o dedicación darás para el regalo que le quieres dar a Dios? Si, lo sé, a Dios no le comprarás quizás algo material. Pero, ¿qué de tu tiempo, de tu adoración o entrega? ¿Qué de dejar todo a un lado y sacar tiempo para decirle que lo amas y hablar con Él?
En Marcos 12:30-31 dice: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Debemos entregarnos por completo para amar a Dios. Todo lo que tenemos le pertenece a Él. Dios nos ha dado todo y, más aún, Dios entregó a su Hijo para que muriera por nosotros. Que regalo más maravilloso y grande. Si Dios te dio ese regalo inmerecido, ¿no crees que debemos de fijar nuestra mirada, y darle a nuestro Dios el Mejor regalo? Enfocarnos en Él primeramente, amarlo, servirle, y entregarle nuestra vida y corazón. Dios nos a dado tanto que ni el regalo más costoso y grande podrá recompensar todo lo que nuestro Padre nos a dado. Hermanos, enfoquémonos en amarlo, y darle a Él nuestra mejor adoración en estas navidades y siempre. Ese es el más maravilloso regalo que podemos hacer.
Verdad de la Semana:
Regálale a Dios tu tiempo.