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Esa misma noche, los hermanos enviaron a Pablo y Silas hasta Berea. Y cuando éstos llegaron allá, entraron en la sinagoga de los judíos. Éstos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con mucha atención, y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les anunciaba.- Hechos 17:10-11 (RVC)
Vivimos en un mundo donde todos los dias somos bombardeados por información. Programas de radio, televisión y redes sociales compiten por nuestra atención. Podemos ver cualquier película o documental con sólo tomar un control remoto. Podemos comprar cualquier libro que queramos, o ver infinidad de conferencias y prédicas de cualquier parte del mundo en nuestro celular. Nunca antes había habido tanta información al alcance de un click. Pero no podemos aceptarlo todo sin analizarlo. Vemos a los niños con ternura porque son capaces de creerlo todo. En su inocencia, no entienden que alguien quisiera engañarlos. Pero, conforme crecemos, nos damos cuenta de que debemos tener más cuidado con lo que creemos.
Los apóstoles predicaban el evangelio sin intención de mentir. Pero cuando los judios de Berea analizaron sus palabras, no se molestaron. Sabían que muchos falsos profetas andaban mintiendo al pueblo, y se alegraron de la madurez de sus discípulos. La Biblia dice que debemos examinarlo todo (1 Tesalonicenses 5:21), pero con frecuencia nos olvidamos de esto, o somos muy perezosos para practicarlo. Le decimos a un niño que no confíe en palabras de extraños, pero creemos una noticia si la dice una figura de autoridad, ya sea un líder, gobernante, o predicador. Sin embargo, la Biblia nos da a entender que la capacidad de discernir es una señal de madurez:
Comerá mantequilla y miel hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.- Isaías 7:15 (RVC)
El alimento sólido es para los que ya han alcanzado la madurez, para los que pueden discernir entre el bien y el mal, y han ejercitado su capacidad de tomar decisiones.- Hebreos 5:14 (RVC)
Somos niños hasta que podemos discernir lo bueno de lo malo y podemos usar esta información para guiar nuestras decisiones, entonces hemos madurado. Tengamos cuidado con todo lo que nos permitimos escuchar. No porque estemos en una iglesia significa que se esté hablando según la Palabra. No porque hable un gran líder significa que dice la verdad o busca lo mejor para nosotros. Al igual que los hermanos de Berea, analizemos todo comparándolo con la Escritura para ver si viene de Dios, o es un engaño del enemigo. Pues la verdad de Dios no cambia, pero el enemigo siempre tiene una nueva mentira.
Verdad de la Semana:
La Palabra es nuestro filtro.