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"¿Dónde esta puesta tu mirada?"
Job fue considerado un hombre perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Era una de esas personas que consideramos buena gente y consagrado a Dios. ¿Cómo no le iba a ir bien a Job con esa hoja de vida? Pero, durante la lectura del libro nos encontramos con las peores tragedias para un ser humano y todas le ocurrieron a Job. Las dificultades sufridas por Job no fueron obra de mensajeros enviados por Dios ni las provocó su propia mano, sino que fue Satanás, el enemigo de Dios, quien las causó personalmente.
Cuando se vio en circunstancias que nadie desea ver, ni experimentar, situaciones que las personas temerían sufrir, Job seguía siendo capaz de aferrarse a su integridad: “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” y “¿Recibiremos de la mano de Dios todas las cosas buenas y no recibiremos la maldad?”.
Job estaba pasando por una guerra espiritual y todo el mundo se le fue en contra, incluso su propia esposa que debía ser su ayuda idónea. Pensaban que era un castigo, nadie entendía que no era su culpa. La gente que está a nuestro alrededor no siempre va a entender la batalla que estamos pasando, hay batallas que hay que pasarlas solos, hay batallas que nadie aquí en la tierra va a poder ayudarnos porque son sólo nuestras. Por eso mismo tenemos que saber en quién ponemos nuestra mirada.
Durante la batalla no podemos poner nuestra mirada en la gente que está alrededor de nosotros, en la gente de confianza, porque no siempre van a entender por lo que estás pasando y no siempre van a saber ayudarte. Hay que poner la mirada en Dios porque la gente nos puede fallar, pero Dios nunca nos falla. Sólo Él entiende nuestras circunstancias y puede darnos la victoria.
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en todos los problemas.- Salmos 46:1
¿A quién tengo en los cielos? ¡Sólo a ti!- Salmos 73:25
Alzaré mis ojos a los montes. ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.- Salmos 121:1-2
Verdad de la Semana:
“Pon tu mirada en Dios.”