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Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo unigénito, para que todo el que cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.- Juan 3:16 (NVI)
En Juan 3:16 nos habla sobre Jesús y el amor del Padre. ¿Quién por amor a otras personas o al mundo en que vivimos, daría a uno de sus hijos en sacrificio? ¿Sería justo sacrificar a un inocente por personas que no lo merecen? Como padres diríamos, definitivamente no. Entregar a mi hijo por personas que no conozco, que no lo merecen, ¡¿pero a quién se le ocurre?! A Dios.
El amor de Dios sobrepasó todo entendimiento. Dios amó a su hijo tanto, y aún así lo envió a morir por ti y por mi. Todo lo hizo para salvarnos. ¿A quién crees que Dios amó más? Definitivamente creo que nos amó tanto a nosotros que entregó al único Hijo que ya era suyo para que nosotros llegáramos a Él. Nos dió la oportunidad, sin merecerla, para poder acercarnos a nuestro Padre celestial.
Gracias a ese acto de amor, hoy podemos recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Podemos ser salvos, creyendo y viviendo una vida agradable en Él. No tenemos que hacer un sacrificio como lo hizo Dios. Él lo hizo por nosotros y nos dio la esperanza de una vida mejor. Hoy te invito a que aceptes a Jesús como tu Salvador si aún no lo has hecho. Si ya lo hiciste, te invito a recordar el por qué lo hiciste, para que nunca se te olvide. Recuerda que Dios amó a su Hijo, pero cuánto más a nosotros. ¡Que amor tan inexplicable!
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.”- 1 Juan 4:10 (NVI)
Verdad de la semana:
Su amor nos acerca a Él.