En el capitulo nueve de 2da de Samuel, leemos la historia del encuentro entre el rey David y Mefi-Boset, el hijo de Jonatán. Mefi-Boset era el legítimo heredero del trono. Pero cuando asesinaron a su padre y a su abuelo, el rey Saúl, su cuidadora decidió huir del palacio con él por miedo a que también lo asesinaran. En la huída, ella lo dejó caer, y él quedó lisiado de los pies y vivió el resto de su vida oculto en una parte de la ciudad llamada Lode-Bar. Así fue como el heredero al trono perdió todo, hasta que el rey David decidió mostrarle misericordia por amor a su padre Jonatán, con quién había hecho un pacto. A pesar de que Mefi-Boset probablemente sintió mucho miedo al principio, fue en esa reunión que David restauró la condición de Mefi-Boset como hijo de la casa real y le devolvió aquello que le pertenecía. Desde entonces Mefi-Boset habitó en el palacio, como siempre debió haber sido.
Mefi-Boset debió haber sentido miedo toda su vida, quizás por eso nunca se atrevió a reclamar lo que era suyo. Seguramente temía que, si se sabía de su existencia, sería asesinado. Lo que él no sabía era que, tanto él como su hijo Micaías, estaban cubiertos por un pacto que garantizaba su bendición. Asi son muchas personas hoy en dia, incluso cristianos. Saben que en algún momento seremos llamados ante el rey, pero piensan en este encuentro y sólo sienten miedo de encontrarse cara a cara con Dios. Son muchos los que sienten temor ante Su venida, lo que muchos ignoran (o no comprenden) es que estamos cubiertos por un pacto que fue realizado hace mucho. Al igual que el rey David mostró misericordia por su amor a Jonatán, Dios nos muestra misericordia por amor a Su Hijo, si tenemos una relación con él. Por lo que no debemos temer este encuentro, pues esta reunión no será para castigarnos, sino para restaurar todo según el plan original de Dios. Todo lo que perdimos por causa del pecado, en especial el privilegio de sentarnos con el Rey, será restaurado cuando ocurra este llamado.
Si conoces a Jesús, no debes tener temor de este encuentro. No hay condenación ni castigo para ti, el llamado del Rey será para bendición, tanto tuya como de tu descendencia. Y si aún no conoces a Jesús, todavía tienes tiempo. Si clamas a Él, él te recibe, y Su pacto te cubrirá a ti y a tu familia. Cuando llegue el momento en que el Rey te mande a llamar, podrás acercarte confiadamente al trono (Hebreos 4:16), sabiendo que tienes favor con el Rey. El enemigo quiere que pienses que debes tener miedo de esta audiencia, pero Dios sólo quiere bendecirte por amor a Su Hijo. Este llamado puede ocurrir en cualquier momento, ¿estarás listo?
Verdad de la Semana:
"No tengas miedo, tienes el favor del Rey."
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