_PNG.png)
Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.– Romanos 8:37 (RVA-2015)
La vida puede parecer una batalla constante. Enfrentamos luchas, desilusiones y desafíos que nos hacen sentir débiles y derrotados. El miedo nos dice que no lo lograremos, que no somos lo suficientemente fuertes. Pero Dios dice algo diferente: dice que somos más que vencedores por medio de Cristo. ¿Qué significa eso? Un vencedor es alguien que gana una batalla, pero ser más que vencedor significa que la victoria ya está ganada para nosotros. Jesús ya derrotó al pecado, al miedo y a la muerte. Gracias a Él, no tenemos que vivir con miedo al fracaso o a las dificultades. No importa lo que enfrentemos, sabemos que Dios está con nosotros, nos fortalece y nos guía hacia adelante. No luchamos por la victoria, luchamos desde la victoria.
Pablo sabía lo que significaba luchar. Fue golpeado, arrojado a la cárcel, naufragó y enfrentó peligros dondequiera que iba. Sin embargo, declaró con valentía que nada —ni los problemas, ni la persecución, ni siquiera la muerte— podría separarnos del amor de Dios. Comprendió que la victoria no se trata de tener una vida fácil, sino de confiar en Dios en cada batallao. Piensa en David cuando se enfrentó a Goliat. No era el guerrero más grande ni el más fuerte, pero tenía fe. Mientras que otros vieron un gigante demasiado grande para derrotarlo, David vio a un Dios demasiado grande para perder.
¿A qué gigantes te enfrentas hoy? ¿Al miedo? ¿A la duda? ¿A los tiempos difíciles y la incertidumbre? Recuerda que no estás solo. Y Dios ya ganó la batalla. La de hoy, y la de mañana también. Así que camina con fe, sabiendo que a través de Él eres más que vencedor. Como el niño que avanza confiado al campo de juego porque sabe que su papá está en su equipo, y papá nunca pierde.
Verdad de la Semana:
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Comments