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Cuestión de Perspectiva

Foto del escritor: CDA LaresCDA Lares
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.- Isaías 55:8-9 (RVR-60)

Una vez leí una historia acerca de un niño que jugaba mientras su madre bordaba. En un momento dado, el niño quiso ver qué hacía su madre, así que se acercó a su silla y observó. Pero, desde su perspectiva, sólo veía un pedazo de tela lleno de hilos de colores enredados. Le comentó a su madre que lo que veía no parecía tener sentido, y que quizás había cometido un error. Su madre sonrió y le pidió que volviera a jugar mientras ella terminaba, y que más tarde le enseñaría su obra. El niño seguía confundido, pero pensó que jugar era más divertido que ver unos hilos de colores enredados, así que obedeció. Más tarde, cuando ya el niño había olvidado por completo la conversación, su madre lo llamó. Lo tomó en brazos y lo sentó sobre sus rodillas y extendió la tela frente a él. Sólo entonces, y con gran asombro, el niño pudo ver el colorido paisaje en que su madre había estado trabajando.


Al igual que el niño, muchas veces miramos nuestra vida y nos descorazonamos al ver que, a nuestros ojos, todo parece un desastre. Entonces comenzamos a preocuparnos. Quizás Dios ha cometido un error, nada parece tener sentido. Lo que vemos en ese momento, no calza con la visión que alguna vez Dios reveló a nuestro corazón. Como un rompecabezas sin acabar, parece que sólo hay pedazos de lo que podría haber sido una buena vida; no se parece en absoluto al diseño que vemos en la caja. Y aunque a veces quisiéramos tomar el control, en realidad no tenemos idea de cómo acomodar las piezas para tejer el delicado tapiz de nuestra vida. Y al igual que al niño, Dios nos envía a “jugar” y a encargarnos de nuestros asuntos, sin preocuparnos mientras él desde su trono termina la obra.


La fe, en el fondo, se trata de confiar en Dios. Y puede ser difícil confiar cuando vivimos en un mundo donde tantas personas nos han fallado. Pero si le concedemos a Dios la oportunidad, él no nos dejará caer. Y aunque parezca confuso desde nuestra perspectiva, podemos estar seguros de que Dios es un artesano experto que puede tejer con nuestra vida una obra maestra que brille para su gloria. Algún dia Dios nos llamará a su regazo. Y podremos contemplar nuestra vida desde una perspectiva más alta. Sólo entonces podremos apreciar lo que él intentaba hacer desde el principio. Mientras tanto, sólo podemos confiar y esperar mientras él mueve su mano de manera poderosa sobre nuestras vidas.

 

Verdad de la Semana:

Confiemos en Dios, no en lo que vemos.

 
 
 

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